
La aparición de un nuevo virus, altamente contagioso, resistente al frío y con un margen tan amplio en el período de incuvación, no sólo afectó a los seres humanos, este brote inicialmente trastocó las relaciones comerciales de China, una de las economía más fuertes del mundo, y luego afectó de manera directa la economía global, estableciendo, según analistas, un nuevo orden mundial.
Más de diez año han pasado desde la última vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara una «pandemia», ante el brote de la gripe A H1N1, que apareció en Estados Unidos (EEUU) en abril de 2009, pero, ¿en qué se diferencia este virus del coronavirus 2019 y porqué este ha afectado en mayor escala a la economía?, para profundizar en este tema, Hinterlaces.net consultó con el Doctor Ricardo León, que investiga y estudia el impacto del coronavirus 2019 en todas sus áreas y dirige del Observatorio Salud Medio Ambiente e Impacto Social de Venezuela.
Sobre esto aseguró que producto del brote de COVID-19, hay industrias con niveles de depresión económica sin precedentes en la historia. «Se puede definir como el hecatombe económico y comercial de esta nueva década, porque está cambiando esta nueva época, está representando una nueva arquitectura económica mundial, incluso está retando a la ciencia y esta retando al mundo, este nuevo virus está cambiando las relaciones económicas, políticas y sociales del mundo porque todas las industrias principales en el mundo han sido afectadas».
¿Quiénes pierden más con el coronavirus 2019?
Según estimación de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), la industria de aerolíneas podría perder 113.000 millones de dólares en ingresos por el impacto del virus y las medidas tomadas por los Estados para evitar la propagación, un hecho «casi sin precedentes», según Alexandre de Juniac, director ejecutivo de la organización de la aviación. El número inicial de la IATA en pérdidas era de 29.300 millones de dólares, cálculo que quedó obsoleto ante la rápida propagación del virus.
El impacto del virus en la aviación «se ha reflejado en los mercados bursátiles en las últimas semanas, con caídas generalizadas en torno al 10% y mucha volatilidad», afirma el Doctor León, que dedica a monitorear el impacto económico en diferentes industrias.
La industria turística representa un 10,4% del crecimiento económico mundial y genera cerca de 319 millones de puestos de trabajo, es decir, el 10% del empleo a nivel global, dato del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), lo que implica la desmovilización del turismo. León no descarta una probable caída económica por este concepto.
La cifra de pérdidas globales de acuerdo a la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) se eleva a 2 billones de dólares, y aumentaría de continuar o agrabarse la propagación del virus. La respuesta parece estar en la voluntad de los gobiernos para mitigar el daño y en la voluntad de las farmacéuticas en avanzar hacia una cura posible, que sea priorizada por encima de los intereses corporativos.
Pero no sólo vale la voluntad de los gobiernos, según la OMS, ningún país está lo suficientemente preparado, menos aún aquellos que son víctimas de sanciones y bloqueos. Países como Irán han tenido que acudir y endeudarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Venezuela y Cuba salen airosas aún, pues paradójicamente, parte del tratamiento exitoso aplicado en Wuhan – China, para combatir y superar la enfermedad, proviene de la isla revolucionaria que mantiene nexos estrechos con el país bolivariano.
¿Quiénes capitalizan ganancias a costa del coronavirus?
Pero en algunos casos la economía, al igual que los pacientes de COVID-19, se recuperan y superan el virus. Lo que para algunas empresas significa una fuerte crisis financiera, para otras, (producto de la naturaleza de su negocio) significa un beneficio. El aislamiento en casa, permite que empresas como Netflix, mejoren aún más sus ventas y se eleve el valor de sus acciones en los mercados bursátiles.
En medio de una guerra comercial entre China y EEUU, la denuncia del vocero de la Cancillería china, en la que afirma que el Ejército de EEUU podría haber llevado el coronavirus a Wuhan, agrega más tensión al panorama y deja abierta la interrogante de si se trata de la aplicación de una nueva arma en este conflicto de intereses.
«¿Cuándo comenzó el paciente cero en los Estados Unidos? ¿Cuántas personas están infectadas? ¿Cómo se llaman los hospitales? Podría ser el ejército de los Estados Unidos quien llevó la epidemia a Wuhan”, escribió Zhao Lijian en su cuenta de Twitter @zlj517 .
Pero, oficialmente, la gran ganadora es la industria farmacéutica, el Doctor León, detalla que este sector ha crecido considerablemente en la producción de tratamientos para coronavirus, «virus de influenza que producen catarro y que producen infecciones respiratorias por influenza y por coronavirus».
El gran negocio parecía estar claro para las farmacéuticas: «antes de que ocurriera el brote de COVID-19 hicieron un estudio en la Universidad de Harvard sobre las proyecciones, y los estimados de las ganancias para producir vacunas para este virus oscilaban desde el 2011 hasta el 2018 un crecimiento exponencial por año, que daba ganancias por encima de los 30 mil millones de dólares», agrega el doctor León.
«Si nos ponemos hacer un contraste con el crecimiento en la industria farmacéutica de la última década, podemos decir que cuando comenzaba la década pasada, proyectaba una ganancia de 308 mil millones de dólares y en la actualidad supera el 1.2 billones (de dólares), una cifra que se calculó en 2018», enfatiza que el crecimiento de esta industria es «inversamente proporcional a los niveles de acceso» que tiene la población a los tratamientos.
Ante un escenario tan aparentemente devastador, el profesional de la salud recalca que la alternativa es la aplicación «de una medicina preventiva y de atención primaria, para salir airosos» ante este nuevo desafío que enfrenta el mundo.
Emily Caro.
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