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Crisis global, corporaciones y COVID-19 por.- Dr. Ricardo León

 

La actual crisis global del capitalismo no es más que la crisis civilizatoria que tiene dimensiones históricamente multifactoriales, que amenaza la vida en el planeta e impacta negativamente la salud de los humanos, esto se ve como una radiografía en días de pandemia por COVID-19.

Si lo analizamos desde la epidemiología clásica o convencional nos detendríamos a contar enfermos y sólo casos, pero el problema es mucho más complejo, “La epidemiología es un terreno de lucha de ideas, de disputa sobre cómo enunciar la salud y cómo actuar, y esa disputa obedece a intereses sociales encontrados. En esa medida la disciplina comparte con todas las demás, la característica consustancial de toda ciencia de ser una operación simbólica, y por lo tanto es”, ''…una expresión transformada, subordinada, transfigurada, y algunas veces irreconocible de las relaciones de poder de una sociedad''. (1)

La crisis actual es global por que incide en todas las dimensiones del sistema mundo, al ver como luchan por la hegemonía las corporaciones y por encima incluso de las organizaciones mundiales de regulación como la ONU, OMS, OMC entre otras, que son organismos con alto grado de caducidad por transitar viejas estructuras de dominio, ya burladas por el poder financiero mundial, que camina hacia nuevas formas de dominio global para incrementar su hegemonía sobre todo en las formas de recaudación de recursos a través de 3 grandes sectores: el comercio electrónico, la industria farmacéutica y el sector financiero a través de la moneda hegemónica del dólar y las transacciones virtuales. Esto dibuja la crisis energética, “el comienzo del fin del petróleo”, que incluso en buscas de “alternativas”, se pretende sustituir el combustible fósil por el “biocombustible”, que es nada más y nada menos que la producción de alimentos para convertirlos en combustible, esto pretende dos “estrategias” de producción con una falsa visión “ecológica”, 1.- Incrementar la producción agrícola de los rubros para la producción del Biocombustible  2.- Disminuir el uso del combustible fósil (que ya está escaso y cuesta mucho más extraerlo).


Este modelo de extractivismo  no es más que una avanzada reformista del sistema capitalista que intenta mantener a costa de la sobre producción y la depredación ambiental su modelo consumista y explotador, que trae consecuencias ambientales y nutricionales (hambre), para los vulnerables históricamente. El modelo civilizatorio actual nos condiciona la forma de producir, consumir, trabajar, amar, comer, divertirnos, aprender, como diría el Profesor Oscar Feo, es por eso que es urgente que surjan nuevas y revolucionarias formas de erradicar estos procesos, que pasan transversalmente por la crisis ética, de valores, la crisis cultural a la que nos ha sometido el sistema a través de sus constantes procesos de colonialidad del pensamiento, entonces, debemos representar nosotros la inflexión decolonial para poder comenzar a debilitar las bases del poder hegemónico que continua su paso firme hacia la destrucción de la vida en el planeta, puesto que su modelo está debidamente evidenciado, es insostenible.

“La economía de los países de América Latina y el Caribe en 2020: la CEPAL proyecta una contracción de la actividad del 5,3% y casi 30 millones más de pobres”. (2)

“Duncan considera que el eclipse del petróleo se consumará en las próximas dos décadas, lo cual implica un cambio radical en la forma de vida que nosotros conocemos, incluyendo una disminución de la población, una reducción del tamaño las ciudades y una desaparición de los grandes sistemas de transporte hoy existentes”. (3)

Vemos cómo se van dibujando elementos que nos señalan que la COVID-19 es vista como una “oportunidad” de cambiar de paradigma, en el que si continúa el mismo afán de lucro, las corporaciones, el modelo hegemónico, será muy poco alentador aquello que llaman “la nueva normalidad” o la “post pandemia”, puesto que no es más que modernidad, o post modernidad, “el lado oscuro del sistema”, seguirá la dictadura mundial del capital, ese 1% que tiene dominio sobre los recursos del resto de la población, por eso, la propuesta anti hegemónica y contra cultural, es insurgir con nuevas formas de relacionarnos, mucho más humanas y desde el punto de vista, social, promover modelos anti hegemónicos, que procuren salvaguardar todas las perspectivas de la vida y la salud, por encima de cualquier interés, que considere a la naturaleza el medio irrenunciablemente vital, que en estrecha relación armónica con el ser humano, en sus procesos de intercambio, sean para salvaguardar su estabilidad y comenzar a disminuir radicalmente los factores y determinantes que hacen que hoy día transitemos hacia la destrucción, entonces se trata de un nuevo paradigma o constructo social, que trasciende los modelos caducos de producción.

Un movimiento anticapitalista en las actuales circunstancias de crisis civilizatoria debe plantearse una estrategia doble, que es complementaria y no antagónica: uno, impulsar todas las medidas indispensables para mejorar las condiciones de vida de la población pobre mediante la redistribución mundial y nacional de la riqueza que permitan romper con la injusticia y la desigualdad de clase, sin que esto se dé por la órbita mercantil que privilegia el afán de lucro sino mediante la recuperación del valor de uso, la solidaridad y la fraternidad, todo lo cual sólo puede hacerse con una revolución que posibilite el control de los medios de producción por los productores asociados que, por supuesto, requiere como condición fundamental la “expropiación de los expropiadores”; y dos, replantear en forma radical la noción de progreso tecnológico, proponiendo un programa político y económico que cuestione la producción mercantil y todos sus efectos ambientales y energéticos. (3)

En la escenario de la COVID-19 y la Salud, no se debemos caer en el modelo tradicional de la medicina, que se encarga de oxigenar al sistema de producción capitalista, puesto como plantea el Dr. Antonio Hernández, cuando habla sobre crisis civilizatoria, sobre “el capitalismo cognitivo”, definitivamente el modelo de producción de conocimientos que defiende los intereses del gran capital, están plagados de la visión reduccionista de la salud, pues son incapaces de analizar los procesos y determinantes sociales que intervienen en los humanos y la naturaleza, pues su visión reduccionista está basada en la “causa y efecto”. El llamado es a trascender la epidemiología convencional, construir o estructurar nuevos modelos contra hegemónicos, que debiliten al metabolismo social del capital, en el que el modelo médico industrial está plagado, colonizando las mentes a través de las estructuras tradicionales de la enseñanza y la educación de las ciencias de la salud y las ciencias sociales.

La epidemiología tradicional es realmente empírica a pesar de su robusto arsenal de estadísticas, como dice Jaime Breilh, es la epidemiología que predomina en la OMS y OPS, por lo que si no se construye entonces, nuevos eslabones críticos, o una epidemiología con carácter crítico, la salud vista desde la visión integral de la vida, sólo tendremos medicina basada en las enfermedades y no realmente Salud y vida, desde las perspectiva humana. “De hecho, el paradigma de la llamada epidemiología social propugnado por la Comisión Mundial de la OMS sobre ''determinantes sociales de la salud'' es otro causalismo que explica también el orden bajo la noción causal. Representa un paradigma de transición crítica por que se abre a lo estructural, rompiendo el cerco de la visión más restrictiva de la epidemiología convencional, sin que represente un cambio de paradigma, en tanto convierte las estructuras sociales en variables y no en categorías de análisis del movimiento histórico de la acumulación”. (1)

Atilio Borón asegura que no todo lo que dice ser crítico, realmente es pensamiento crítico, si esto no está basado en el edificio o estructura teórica del marxismo, carece del carácter crítico, pues actualmente la crisis global del capitalismo, sugiere organizarse en formas teórico-prácticas que pasen por la comprensión marxista de la historia, que base sus conocimientos en disciplinas que marquen diferencia entre el capitalismo cognitivo y las realmente ciencias sociales que aporten soluciones a los modelos anti capitalistas y anti hegemónicos, que puedan de construir la  visión decolonial de los procesos históricos en los que la humanidad ha estado sumergido, en los que posterior a las crisis cíclicas, los estallidos sociales, son frenados por reformas también diseñadas desde los laboratorios ideológicos del mismo sistema mundo y sus “corporaciones del saber”, entre los que su principal artillería están los medios de comunicación y las estructuras de reproducción de su modelo que son las universidades, escuelas, entre otras.

Referencias:

1.      Jaime Breilh. La determinación social de la salud como herramienta de transformación hacia una nueva salud pública (salud colectiva). Rev. Fac. Nac. Salud Pública vol.31  supl.1 Medellín Dec. 2013. Disponible en la siguiente dirección: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-386X2013000400002

2.      Informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).  Disponible en la siguiente dirección: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45602/1/S2000313_es.pdf

3.      Crisis Civilizatoria. Renán Vega Cantor, Revista Herramientas de Argentina, Nº 42 2009 Disponible en la siguiente dirección: https://www.herramienta.com.ar/articulo.php?id=1052  

V







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