Menos de una semana después de que Joe Biden tomara juramento como el 46 ° presidente de los Estados Unidos, fue atacado por opositores por aparentemente actuar para aumentar el costo de la insulina. La historia real es más compleja. Entre los primeros actos de Biden después de asumir el cargo se encuentra la revocación de varias políticas de la era Trump a través de órdenes ejecutivas y decisiones administrativas, incluida la reincorporación de la OMS y el Acuerdo de París sobre el cambio climático y las órdenes diseñadas para abordar la pandemia de COVID-19.
Una de estas acciones fue una congelación temporal de las reglas de la agencia federal que aún no habían entrado en vigencia, incluida una política de la administración Trump que requería que los centros de salud comunitarios pasaran descuentos en insulina y epinefrina a pacientes de bajos ingresos. La regla, que se limita a los medicamentos comprados a través del programa de precios de medicamentos 340B en los centros de salud calificados a nivel federal y no afectaría el precio de la insulina en general, ha sido criticada por tener un impacto negativo al colocar una carga administrativa en los centros de salud durante el cierre. de un importante flujo de ingresos, sin abordar la causa raíz de los altos precios.
El congelamiento permitirá que la nueva administración revise la regla, con la posibilidad de que sea revisada o revocada. Cualquiera que sea el resultado, la respuesta ilustra el problema de alto perfil en el que se ha convertido el precio de la insulina en el panorama político estadounidense. El alto costo de la insulina se destacó a lo largo de la campaña electoral presidencial, incluida la extraña afirmación de Donald Trump de que las intervenciones políticas de su administración, criticadas por los activistas como débiles e ineficaces, habían hecho que la insulina fuera tan barata que era "como el agua". Al principio de la campaña, varios candidatos del Partido Demócrata enfatizaron el costo de la insulina como una preocupación importante, incluido Bernie Sanders, quien dirigió un viaje en autobús a Canadá con personas con diabetes para resaltar la gran diferencia en los costos de la insulina.
El propio Biden, en una entrevista en enero de 2020, destacó la insulina como un ejemplo en el que la gente cree, con razón, que se están "engañando con los precios de los medicamentos".
El 12 de enero, la Endocrine Society publicó una declaración de posición en la que pedía acciones para abordar el acceso y la asequibilidad de la insulina en los EE. UU. Los autores destacan que el costo de la insulina casi se ha triplicado en los últimos 15 años y que la opacidad de la compleja cadena de suministro hace que sea difícil reconocer la causa fundamental de los aumentos de precios. Solo 2 días después de la publicación de la declaración, se publicó un informe del Comité del Senado de los EE. UU.
Luego de una investigación bipartidista, que concluyó que los fabricantes y la industria de administración de beneficios farmacéuticos habían actuado de manera sinérgica para inflar el precio de la insulina. En un comunicado, el presidente del Comité dijo que sus hallazgos mostraban que las prácticas comerciales y las relaciones entre fabricantes e intermediarios "han creado un círculo vicioso de aumentos de precios que han disparado los costos para pacientes y contribuyentes".
Como deja en claro la declaración de posición, la situación es particularmente difícil para los que no tienen seguro, aquellos con planes con deducibles altos o brechas de cobertura, y los adultos jóvenes que ya no están cubiertos por el seguro de sus padres. Los autores también destacan cómo el cumplimiento de la dosis de insulina a menudo puede ser difícil, ya que las personas con diabetes "a menudo tienen comorbilidades que les obligan a tomar múltiples medicamentos costosos" y cómo los aumentos de precios han tenido un efecto perjudicial sobre el cumplimiento, esencial para evitar complicaciones e ingresos hospitalarios.
Los datos de la encuesta han demostrado cómo los altos costos han afectado el uso de insulina, con muchos pacientes obligados a racionar la insulina o renunciar a otras necesidades (incluidos otros medicamentos). Los autores de la declaración piden cambios importantes en las políticas, incluida la intervención del gobierno para detener los aumentos de precios de lista mayores que la inflación y limitar los costos de bolsillo sin aumentar las primas o los deducibles, mejorar la transparencia en la cadena de suministro y la negociación gubernamental de los precios de los medicamentos. 2021 marca el centenario del descubrimiento de la insulina y representa una oportunidad de oro para mejorar el acceso a la insulina y el cuidado de la diabetes en general.
A nivel mundial, en abril, la OMS lanzará el Pacto Mundial contra la Diabetes, una importante iniciativa destinada a mejorar la prevención y el control de la diabetes. Con suerte, el Pacto enfatizará la necesidad de mejorar el acceso a los medicamentos para la diabetes, incluida la insulina, particularmente en los países de ingresos bajos y medios. Mientras tanto, en los EE. UU., La administración Biden solo necesita la voluntad política para enfrentar a quienes se benefician de las personas con diabetes y lidiar de manera efectiva con la crisis de insulina del país. Cien años después de su descubrimiento, la insulina debería ser accesible y asequible para todos los que la necesiten, en todo el mundo; que esto ni siquiera se pueda decir de uno de los países más ricos del mundo es un escándalo que debe terminar.
Editorial | Volumen 9, NÚMERO 3, P127, 01 de marzo de 2021
The Lancet.
Dirección de documento: https://doi.org/10.1016/S2213-8587(21)00023-1
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